“Buffy Anne Summers. 1981 – 2001.
Beloved sister, devoted friend.
She saved the world. A LOT.”
Recientemente una noticia me golpeó tan fuerte que casi me caigo de mi asiento: “Buffy the Vampire Slayer” cumplió 20 años de haber transmitido su primer episodio. Lo cual me llevó a lo siguiente… ¿dónde estaba yo hace 20 años?
Bueno, como la adolescente que era, probablemente estaba en el cuarto de mi mejor amiga viendo un episodio de la serie.
“Welcome to the Hellmouth” se transmitió por primera vez en Estados Unidos el 10 de marzo de 1997. A partir de ahí, millones de adolescentes alrededor del mundo, semana tras semana, seguimos a Buffy y su equipo de scoobies en la cacería de vampiros y lucha interminable contra el mal.
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Me parece increíble que hayan pasado veinte (¡Si, VEEEEINTE!) años desde la primera vez que la vi, y que al voltear a mis estanterías, encuentre todas sus temporadas en ellas (I’m a proud scoobie!).
Buffy es sin duda la más icónica y representativa creación de Joss Whedon que marcó un hito en la televisión adolescente de la época. Quizás, sin proponérselo, se volvió una de las bases del feminismo de mi generación, mostrando a una mujer en el papel principal como héroe de batalla, que aniquila vampiros de noche y se levanta cada mañana para ir a la escuela perfectamente maquillada, peinada y a la moda.
Con fuerza ligeramente sobrehumana, pero con todos los problemas que una adolescente sufre, temporada tras temporada demostró como se puede levantar un trasero del suelo y seguir enfrentando el día. Episodios como “The Body”, “Once more, with feeling”, “New Moon rising”, “Anne”, “The Gift”, “Innocence”, “Graduation Day 1 & 2” y “Becoming 1 & 2” se quedaron en mi memoria y marcaron parte de mi vida.
Mientras que esta generación maneja el “Girl Power” remasterizado y el “Fight Like a Girl”, la mía construía su parte mostrándome a una mujer muy humana sobreponiéndose a todo, amando a sus amigos, luchando contra el mal (y no contra otras mujeres) y enfrentando cada nuevo día con una sonrisa y una estaca escondida en la chaqueta, mientras que con brutal honestidad lanzaba pequeñas perlas de sabiduría como “Seize the moment, ‘cause tomorrow you might be dead”.
Con siete temporadas al aire y un cómic para continuar la historia (sí, no tuvimos suficiente con 144 episodios) , la serie sigue vigente entre los que la seguimos hace dos décadas, y en nuevas generaciones que la descubren y aprenden como vivir cada día enfrentado sus propios demonios personales y estacándolos para seguir adelante en un mundo real lleno de miedos y villanos.
Hoy en día puedo decir que así como salvó a Sunnydale infinidad de veces de la catástrofe (6 según mi última cuenta: Prophecy Girl, Becoming part 2, The Zeppo, Doomed, The Gift, Chosen) me ha salvado con citas inolvidables así como reacciones dignas de salvar a la humanidad… o mi día. Tras todo esto no puedo más que celebrar sus 20 años, dar gracias a Whedon (In Whedon we trust!) y brindar por esa vieja amiga que estuvo y está para mi dándome consejos sobre cómo sobrevivir a la vida con dignidad una frase genial a la vez.
